Chilluevar

Con una extensión de 38 km2 y, situada a 738 ms. sobre el nivel del mar.

Está bañada por el río Cañamares. Desde ella, se pueden contemplar bellas panorámicas de la depresión del Guadalquivir, así como el encanto del olivar. Por su espalda da vistas al Parque Natural, y desde aquí se puede acceder al Parque por las Sierra de las Villas, con dirección al Pantano del Aguascebas.

PATRIMONIO CULTURAL

La ocupación humana en el entorno de Chilluévar data de la época ibérica según lo atestiguan los vestigios hallados en la aldea de Los Almansas, a un kilómetro al sur de su actual casco urbano y junto al arroyo del mismo nombre. Es aquí donde se ha encontrado un yacimiento de origen ibérico, con importantes restos de cerámica de esa tipología, decorados con figuras geométricas (círculos y bandas), así como numerosos elementos de bronce, incluidos hebillas y fíbulas. Pero es en época romana cuando, en los alrededores de lo que hoy es Chilluévar, tiene lugar la construcción de villas rústicas, explotaciones agropecuarias que se desarrollan sobre todo a partir del inicio de la era cristiana. Así en la Plaza de Armas del Cerro Mataperros, cerca del río Cañamares, y en el Cortijo de Villoro, situado en la margen derecha de la carretera Cazorla-Santo Tomé, junto al río de la Vega, se ha encontrado diverso material de construcción romano, sobre todo tégulas, así como fragmentos de terra sigillata, que aseguran la presencia romana en estos sitios.

Inscripciones Funerarias Romanas

Pero la riqueza arqueológica de Chilluévar queda especialmente patente con el conjunto de inscripciones funerarias romanas localizadas en su término municipal. Se trata de un conjunto de cuatro elementos, localizados en Los Almansas y en la fábrica de Los Carlos. La más completa de ellas, realizada en piedra caliza y con remate semicircular, presenta la siguiente inscripción:

  • D(is).M(anibvs).S(Acrvm)
    L(vcivs).AEMILIVS
    ORESTINVS
    AN(norvm).LV.H(ic).S(itvs).E(st)
    S(it).T(ibi).T(erra).L(evis)
    SODALES.D(edervnt).D.(edicavervnt)
    [Traducción: “Consagrado a los dioses Manes, Lucio Emilio Orestino, de 55 años, aquí yace, séate la tierra leve, sus compañeros lo donaron y dedicaron”].

Ya en la Edad Media, Chilluévar, posiblemente fuese la nombrada como Alcoray, localidad mencionada por primera vez en 1256, y que debe ser la Alcorahe citada en 1384 en un documento del rey Juan I.

Alcoray

Alcoray fue entregada como aldea a Cazorla por el arzobispo de Toledo, el infante don Sancho, el 23 de noviembre de 1256. Posteriormente cuando en 1378 el arzobispo de Toledo convierte a La Iruela en villa, se planteó el problema de qué términos se le concedían, separándolos de Cazorla.
Para evitar conflictos entre La Iruela y Cazorla, el arzobispo optó por que los términos fueran compartidos entre ambas. En cambio las aldeas de esta localidad no fueron repartidas entre La Iruela y Cazorla, sino que los propios aldeanos fueron los que decidieron de cuál de los dos villas iban a depender para el pago de sus tributos y otros asuntos civiles.
La historia de Chilluévar, al menos hasta los inicios del siglo XX, quedó significada y enmarcada dentro de la historia de La Iruela, hasta que el 14 de diciembre de 1926 se constituye el Ayuntamiento de Chilluévar, lo que la convierte en villa independiente.

Destaca su IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ

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Fue mandada construir por el cardenal Lorenzana, arzobispo de Toledo en 1787. Su portada que coincide con la nave central se eleva verticalmente con una geometrizada puerta adintelada que va precedida de unas escalinatas, y, sobre ella, en el mismo eje, una estilizada ventana con arco de medio punto. Presenta también otra ventana circular resaltada igualmente respecto al muro, y, cerrando, en lo alto, la fachada principal, una pequeña cruz de piedra, que marca el eje central.
La supera en altura la torre, de base cuadrada, situada a la derecha de nuestra vista, con tres cuerpos separados por dos cornisas y esquinas reforzadas, y en el campanario, grandes huecos con arcos de medio punto y tejas a cuatro aguas.
En la portada se encuentra un escudo que posiblemente proceda de la ermita de Chilluévar Vieja; representa el milagro de la colocación de la casulla por la Virgen a San Ildefonso, patrono de la archidiócesis de Toledo.