Santiago Pontones

Santiago-Pontones es la principal reserva natural de la Comarca de la Sierra de Segura y constituye el corazón del Parque Natural. Es un municipio con 684 Km2 de extensión, de los más grandes de Andalucía y probablemente el de población más diseminada; sus 4.172 habitantes ocupan más de 100 núcleos habitados.

Del total de la superficie, sólo el 3% es tierra labrada, dedicada a cultivos herbáceos, ya que su especial climatología, la más fría de la provincia, impide el cultivo del olivo.
Tiene un clima continental-subhúmedo con matices de alta montaña, lo que se traduce en inviernos fríos que llegan a alcanzar cotas de -22ºC y veranos frescos y agradables. El periodo de heladas es pues, muy amplio, desde septiembre hasta abril, con un 20% de las precipitaciones en forma de nieve.
La accidentada orografía de Santiago-Pontones lo hace apto para los aprovechamientos forestales y ganaderos y lo dota de innumerables espacios naturales de interés, tanto por el paisaje, como por la fauna y la flora existentes, que van cambiando con la altitud que oscila entre los 600 y 1993 m, donde la nieve es presencia habitual en invierno.
En su suelo están las zonas más desertizadas y los árboles más extraordinarios, embalses y desfiladeros, nacimientos de ríos y cascadas, trazados angostos, macizos agrestes, enormes bosques de pino laricio con ejemplares que llegan a alcanzar los 30 m de altura, serán compañeros indispensables durante todo el recorrido y especialmente El Pino Galapán, impresionante monumento natural de 40 m de longitud y más de 4 siglos de edad.
Aquí nace el río Segura y se pasea el Guadalquivir ofreciéndonos innumerables zonas de disfrute de la naturaleza, como los Llanos de Arance, Coto Ríos o el embalse de El Tranco, sin olvidar los parajes que conforma un afluente del río Segura, el Zumeta, de extraordinaria belleza.En el municipio se ha documentado la ocupación desde muy antiguo (9250 a.C.), en yacimientos arqueológicos, entre los que destacan las pinturas rupestres de arte levantino, declaradas recientemente Patrimonio de la Humanidad, o descubierto importantes restos, como el «Tesoro de Santiago de la Espada», que se conserva en el Instituto Valencia de Don Juan en Madrid, en el que encontramos piezas de estilo tartésico-ibérico, púnico y otras emparentadas con piezas etruscas, celtas, etc. y que cronológicamente van del siglo IV al II a.C.
Cuenta este extenso municipio con el centro de visitantes más visitado de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, La Torre del Vinagre, donde podremos visitar además, el museo de caza y el jardín botánico, ubicado en el corazón del Parque Natural, junto al río Borosa.
En la aldea de Los Anchos, encontramos el Museo Etnográfico Alma Serrana, donde se recrea la vida tradicional de estas sierras a lo largo de los siglos.
La actividad económica de Santiago-Pontones está basada, en el turismo, la caza, la pesca, los trabajos silvícolas y otros oficios derivados del bosque. Pero sobre todo, destaca la actividad ganadera. La ganadería extensiva es la principal riqueza de este término municipal y la trashumancia ha sido históricamente la forma de manejo del ganado, actividad que está perdiéndose.
Cada invierno, cuando los pastos de las zonas altas de la Sierra no son aprovechables, parte de la cabaña ovina segureña emprende el camino de bajada hacia los pastaderos de la Sierra Morena jiennense y manchega, donde pasa varios meses alimentándose de los pastos propiciados por la benignidad del clima invernal de las tierras bajas.
La raza segureña, autóctona de la zona, tiene un alto nivel de adaptación a sus características físicas y ambientales, desarrollándose en los espacios más abruptos y elevados, muy señaladamente en Santiago-Pontones, que tiene la mayor cabaña ovina de toda la provincia de Jaén.
El aislamiento que ha sufrido esta tierra a lo largo de muchos años, debido a sus especiales circunstancias geográficas ha hecho que muchas de las costumbres y modos de vida serranos se encuentren inalterados en la actualidad. En un recorrido por sus muchas aldeas podemos apreciar la gastronomía, las costumbres, el habla peculiar de sus habitantes e incluso contemplar aún cómo se realiza la trashumancia y por dónde discurren sus vías pecuarias.
Santiago-Pontones tiene dos localidades principales, Santiago de la Espada y Pontones, pero presenta en todo su municipio una gran cantidad de aldeas y cortijadas, muchas de ellas abandonadas y otras donde aún vive parte de la población.
A lo largo del valle del río Zumeta, desde su nacimiento hasta su unión con el río Segura, al este del territorio, se situan muchas de ellas.
En su cabecera, al sureste del municipio, numerosos arroyos discurren por los altos campos hasta unirse formando el río Zumeta. Es aquí, entre los Campos de Hernán Perea y la Vega de Santiago de la Espada donde encontramos una serie de núcleos de población que todavía mantienen en estado puro la sencilla vida de los pastores trashumantes. De sur a norte aparecen las aldeas de Don Domingo, El Patronato, El Cerezo, Los Cañuelos, Los Teatinos y Los Atascaderos, La Matea, Las Quebradas, La Huerta del Manco y Los Ruices, muy cerca ya de Santiago de La Espada.
Don Domingo con 20 habitantes y El Patronato con 55, se encuentran a más de 1.500 m de altitud, siendo de las más altas de la Comarca. Son ejemplos claros de aldeas de pastores de ovejas, la actividad histórica más importante de la Sierra y todavía en la actualidad una de las primeras.Hacia la vega de Santiago de la Espada, al noroeste de la Rambla de los Cuartos, hay un grupo de aldeas de pastores características, entre corrales y «tinás». Su aspecto humilde, a veces descuidado, nos habla de la cultura trashumante de los pastores, además de El Cerezo, están Los Cañuelos, Arroyo Venancia y Loma Gérica casi despoblada. La Rambla de los Cuartos ya aparece citada por Pascual Madoz a mediados del siglo XIX. Los Cuartos del Pinar, de donde procede dicha rambla, es una extensa zona serrana de pastos que está dividida entre distintos municipios de la Sierra en enclaves diferentes que se usaban para la ganadería trashumante. Celebra fiestas el 15 y 16 de julio en honor del Sagrado Corazón.Los Teatinos tiene unos 120 habitantes y celebra sus fiestas el 14 de agosto en honor a la Virgen de Fátima.
En Los Atascaderos vivien unos 60 habitantes y celebra sus fiestas el 14 de julio en honor a la Virgen del Carmen
Ambas se sitúan en la vega de Santiago, entre frescas huertas y arboledas.
La Matea es la aldea más importante de Santiago Pontones, tiene en torno a 350 habitantes. Situada a orillas del río Muso, es una alegre población, que sigue en proceso de crecimiento. Tiene otros núcleos cercanos como El Cerrico y Venta Lázaro. Conserva La Matea restos del muro del antiguo torreón del Castillico.
En sus alrededores hay dos nacimientos importantes, el del río Muso y el de la Fuente del Berral cuya agua también se une al Muso y éste al río Frío. Celebra fiestas del 28 al 30 de junio en honor a San Pedro y San Pablo.
Entre el pequeño grupo de aldeas al pie del Almorchón y dando vistas a Santiago y a su vega están La Huerta del Manco, Poyo Catalán, Las Quebradas y Los Ruices.
En ellas es todavía apreciable la belleza de su arquitectura popular. La Huerta del Manco celebra fiestas el 15 de Julio en honor a Santiago Apostol.
Ya sobre el río Zumeta y muy cerca de Santiago de La Espada se encuentran las Cuevas del Engarbo, en un impresionante paraje con accesos escalonados de gran belleza.
Están situadas en un entorno privilegiado y en sus numerosas cuevas, se conservan magníficos ejemplos de Arte Rupestre Levantino, cuyo valor le ha sido reconocido con la figura de Patrimonio de la Humanidad.
Muy cerca se encuentra Santiago de La Espada, al sureste del cerro del Arco.
Presenta una estructura de calles estrechas, empinadas y tortuosas, que intentan adaptarse al trazado de las curvas de nivel o se disponen perpendiculares a las mismas. Los grupos de casas, fruto de la adaptación a la topografía, son de carácter irregular.
Destacan como monumentos y lugares de interés dentro del casco urbano la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, que data del siglo XVI y presenta un retablo barroco del siglo XVIII, la Casa Tercia y el Balcón de Pilatos, mirador sobre el río Zumeta.
Desde aquí, hasta su unión con el río Segura, encontramos en la ladera oeste del Zumeta las aldeas de Tobos, Vites, El Vadico, La Muela, Marchena y Marchenica, así como cortijadas, donde aún viven algunos vecinos.
El río Zumeta sigue su curso entre estrechos y gargantas hasta llegar a Tobosy su núcleo anexo llamado Nacimiento de Tobos, en una meseta, rodeado de hermosas huertas. Al parecer hubo aquí una alquería musulmana y en las Relaciones Topográficas de Felipe II se habla ya de su famoso nacimiento.
Vites es una aldea que ha modernizado mucho sus casas y tiene el aspecto de una población limpia y saludable. Se ha hecho famosa por la fabricación en sus alambiques de aguardiente carrasqueño, que también se elabora en otras zonas de la Sierra. Tiene un núcleo cercano llamado Cortijo de Vites.
Siguiendo el río Zumeta por la carretera paralela que va alternando la provincia de Jaén con la de Albacete, según la orilla por la que transcurra, pasamos por la Presa de la Vieja y a la izquierda de la carretera en una meseta elevada sobre el río, queda una bellísima aldea casi solitaria: El Vadico. Pequeño núcleo bien conservado encaramado en un promontorio sobre el río Zumeta.
La Muela es una aldea de aspecto renovado. Tiene una vieja y enorme carrasca en sus cercanías y se sitúa en un balcón natural sobre el Zumeta. El Molino de la Muela también es citado en las «Relaciones Topográficas» de Felipe II. Muy cerca, hay yacimientos arqueológicos importantes.
Marchena está construida en tres núcleos y además tiene El Cortijillo en sus cercanías. Entre todos reúne en torno a 100 habitantes. Es una población remozada en los últimos tiempos y está rodeada de huertas que riega el arroyo que lleva su mismo nombre. Fue también alquería árabe y de esa época son los restos de una necrópolis que hay en la zona. Celebra sus fiestas el 3 y 4 de septiembre en honor a la Inmaculada Concepción.
Marchenica se sitúa a orillas del arroyo de Marchena entre la Umbría de los Palancares y la Loma de Marchenica con dos núcleos antiguos cercanos.
El río Segura nace en el paraje de Fuente Segura, cerca de Pontones y desde aquí baja hasta la Huelga Utrera, donde se une al río Madera que viene desde el norte formando un hermoso valle. Junto al río Segura aparecen las poblaciones de Fuente Segura, Pontones (Pontón Alto y Pontón Bajo), Casas de Carrasco, Poyotello y Huelga Utrera.
Fuente Segura es una aldea de un centenar de habitantes, que se encuentra dividida en tres núcleos: El de Arriba, el de En medio y el de Abajo. En sus cercanías al pie del gigantesco Pinar del Risco nace el Río Segura.
Entre éste y el Calar de las Palomas, está uno de los parajes más llamativos de estas sierras, la laguna de la Cañada de la Cruz, que se forma en años de mucha lluvia y nieve. Predominan cultivos sometidos a las duras condiciones climáticas que impone una altitud en torno a los 1300 m, las heladas hacen que estén enfocados al abastecimiento local y al autoconsumo.Pontones debe su nombre a la existencia de varios puentes sobre el río Segura, dependio de Segura de la Sierra hasta 1837 en que alcanzó su independencia. Se encuentra dividido en dos núcleos de población, Pontón Alto y Pontón Bajo.
Cerca de Pontones, en dirección oeste, se encuentran Las Casas de Carrasco, aldea con unos 30 habitantes e iglesia propia, que celebra sus fiestas el 8 de agosto en honor a San Antonio. También en las zonas altas, en un entorno similar al de Pontones.
Siguiendo el curso del río Segura, encontramos la aldea de Poyotello, desde la que se nos ofrecen unas panorámicas muy interesantes del curso del río Segura. En este caso, un tramo encajado antes de encontrarse con el Madera en la Huelga Utrera.Además de las buenas perspectivas, el mirador natural se beneficia de la accesibilidad de la aldea y de ser el inicio de la senda que comunica Poyotello con Huelga Utrera que nos conducirá a la Cueva del Agua.
Huelga Utrera es una aldea típicamente serrana. Se encuentra en las juntas de los ríos Segura y Madera, recorrida por arroyos en sus calles muy bien canalizada para regar los innumerables huertos de este pequeño enclave humanizado, con todas sus calles asfaltadas.
Tiene en torno a 20 habitantes. Celebra fiestas en honor a la Virgen de Fátima en la tercera semana de Agosto. Desde la plaza partiremos para visitar la cercana Cueva del Agua.
En el valle del río Madera, antes de su unión con el Segura aparecen algunas aldeas cercanas al río como Venta Rampias, La Venta del Pescador y otras, situadas en valles tributarios, como Los Anchos, Prado Maguillo, La Cañada del Saucar y Arroyo Blanquillo.
De entre todas estas destaca Los Anchos, aldea emblemática en la que además de su bellísimo enclave destaca su lavadero y la iglesia, edificio muy sencillo, construido sobre las ruinas del antiguo templo que se hundió a causa de las abundantes nieves que antaño caían.
Las casas están construidas sobre una ladera, en calles de trazado irregular. Abundan las nogueras, los chopos y las huertas. Están muy bien conservados los hornos donde se cocía el pan. Nos podremos refrescar en su magnífica fuente llamada «del Peñón», la que abastece a la aldea.
Además se encuentra aquí el Museo Etnográfico Alma Serrana donde podremos reconocer la antigua vida de los serranos y adquirir productos autóctonos.
Un poco más arriba de Los Anchos, encontramos Prado Maguillo y la Cañada del Saucar.
Desde Huelga Utrera, el río Segura sigue su andadura hasta embalsar sus aguas en el pantano del Anchuricas, y pasado este, sigue su curso hasta unirse en Las Juntas con el río Zumeta. Aparecen en este valle sobre el río Segura y el pantano varias aldeas y cortijadas entre las que destacan La Toba, Las Casicas del Río Segura, La Fuente del Esparto, Arroyo de la Quebrada, Las Gorgollitas, La Peguera del Madroño, El Parralejo, El Tornajico, Miller y Las Juntas.
La Toba tiene alrededor de 40 habitantes. Toma su nombre de la piedra que abunda en el lugar, esponjosa y calcárea formada por aguas que, depositan caliza sobre los vegetales.
Los habitantes de estas tierras la han utilizado de antiguo por su ligereza y resistencia, para la construcción de bóvedas de antiguos puentes, hornos de leña, etc. Aquí, podremos ver la gruta del nacimiento del agua, muy próxima a la población. Celebra fiestas del 13 al 15 de agosto en honor a la Purísima Concepción.
En los años 50 se construyó la aldea de Las Casicas del Río Segura para alojar a los vecinos de la antigua, que quedó sepultada por el embalse de Anchuricas que se construyó entonces, para producir energía eléctrica. Solo quedó la iglesia como testigo de la aldea anterior, que está a orillas del embalse.
Las Gorgollitas, se situa a orillas del arroyo del mismo nombre. Es una pequeña aldea con restos de edificaciones de origen árabe y fue cuna del poeta «Abul Asan al Ferguliti al-Ashagurí» «el segureño». La zona tiene otros núcleos como El Carrascal. Su paisaje es magnífico, destacando el Calar del Cobo y el Puntal de la Misa con inolvidables panorámicas del valle del Segura. Celebra sus fiestas el 10 de agosto en honor a la Inmaculada Concepción.
Muy cerca de El Parralejo y Las Gorgollitas, en la propia ribera de río se encuentra El Tornajico. En el «Libro de la Montería» de Alfonso XI se dice que en el Parralejo se ponían entonces las armadas para la caza del oso. Este paraje cuenta también con las características cuevas de Los Anguijones, en una pared al otro lado del río.
La aldea de Miller se encuentra donde el río Segura recibe las aguas del Zumeta. Miller es la esencia del paisaje segureño, con sus cortijos blancos rodeados de verdes paisajes.
Tiene unos 120 habitantes, distribuidos en cinco núcleos de población: Las Casas de Abajo, El Molino, Los Atocheros, La Casa de Arriba y el Collado, a los que se asciende desde las Juntas, por una serpenteante carretera.
Por último, justo donde se unen los ríos Segura y Zumeta para abandonar definitivamente las tierras andaluzas, encontramos la aldea de Las Juntas.
Especial mención la figura de los Pineros, en memoria de los cuales se ha erigido un monumento para todos aquellos hombres que condujeron la madera por el Río Segura, para ser luego aprovechada y explotada fuera.
El río Guadalquivir entra en tierras segureñas en Santiago-Pontones, en el paraje conocido como La Torre del Vinagre, centro turístico del Parque Natural, pocos kilómetros despues de nacer, donde se le une el río Borosa. Desde aquí hasta que abandona estas tierras, pasado el embalse del Tranco, en sus laderas, encontramos varias aldeas, algunas de ellas a gran altitud. Son: La Loma de María Angela, Coto Ríos, La Ballestera y Montalvo.
La Loma de María Angela es una aldea muy poblada, situada en la margen derecha del río Guadalquivir, al lado de las juntas del Borosa. En sus alrededores se encuentra el Centro de Interpretación y el Jardín Botánico de la Torre del Vinagre y el Centro de Interpretación Fluvial del Río Borosa.
Coto Ríos es un núcleo a orillas del Guadalquivir, encontraremos abundancia de campings, restaurantes, hoteles y «ambiente» de todo tipo. Se construyó el poblado hace unos 50 años por el Instituto Nacional de Colonización para acoger a los serranos afectados por la expropiación del Coto Nacional. Aquí vinieron a parar muchos habitantes de las aldeas desaparecidas por aquel proyecto. Celebra fiestas el 25 de julio en honor a Santiago Apóstol.
A una altitud de casi 1300 m, sobre la ladera este del embalse del Tranco, se encuentran las aldeas de Montalvo y La Ballestera.
Montalvo es una bellísima aldea que asoma al valle por su collado, es una población resucitada por nuevas gentes y nuevas sensibilidades que conviven con los vecinos de toda la vida. La Ballestera, considerada núcleo de resistencia serrana donde se pararon las emigraciones forzosas en los años 80, hoy es una aldea viva, rodeada de manantiales, que recientemente acogió el encuentro de ecoaldeas en 2004

PATRIMONIO CULTURAL

CUEVA DEL NACIMIENTO

Paleolítico superior-Neolítico
Se encuentra cerca de el abrigo de La Cañada de la Cruz y es una gran cavidad con una abertura de más de 20 m, cuyos restos arqueológicos se han datado en el 9.250 a.C.
Esta cueva fue objeto de las primeras excavaciones en 1972 y 1974 por el francés Gabriel Rodríguez, cuyos padres eran naturales de Pontones y su curiosidad por conocer esta tierra le llevó a varios descubrimientos. Entre ellos, el de esta cueva que él mismo bautizó como «Cueva del Nacimiento» por su proximidad al Nacimiento del río Segura.
En estas excavaciones aparecieron restos de la fauna del Paleolítico superior, Mesolítico y Neolítico, así como utensilios y restos de fauna del Neolítico.
Excavaciones posteriores han constatado, gracias a los materiales encontrados y a la estratigrafía, que esta cueva se configura como uno de los yacimientos más sobresalientes de Andalucía.
Globalmente se observa en los yacimientos hallados que la caza, sobre todo del ciervo, la cabra montés, el rebeco, el corzo y el jabalí, fue muy importante para la dieta alimenticia de sus pobladores.

ABRIGOS CON ARTE RUPESTRE LEVANTINO

Neolítico
Patrimonio de la Humanidad y B.I.C.
Estos yacimientos, escenario donde se representó la expresión artística de los habitantes de estas épocas, viene a corroborar la idea de que se trata de verdaderos santuarios donde, de forma periódica, acudían los humanos para efectuar unos rituales en los que las imágenes pintadas sólo constituían una parte de su expresión. Esta idea se refuerza si pensamos que cerca existen muchos sitios similares que no fueron usados para tal efecto y sin embargo, los que usaron, normalmente lo fueron en numerosas ocasiones, como lo prueba la acumulación de pinturas correspondientes a distintas fases, así como los repintados y superposiciones. Incluso dentro de algunos abrigos se observa una cierta preferencia por determinados tramos de la pared donde se concentran la mayoría de las pinturas.
La mayoría de los yacimientos están expuestos al sol, con manantiales y cursos de agua cerca, accesibles desde los lugares de hábitat, cerca de las vías de comunicación y próximos a las cazaderos habituales.
Entre los conjuntos estudiados, hay que destacar que el ambiente que reflejan, tanto los zoomorfos como los antropomorfos y las escenas representadas aluden a la caza como tema esencial sobre el que giraron los rituales de los que formaron parte las pinturas, es decir, a aquella actividad que fue el principal medio de vida de las poblaciones serranas desde el Paleolítico hasta la plena adopción de la economía de producción.
Pinturas Rupestres de Las Cuevas – Abrigo de Río Frío y Abrigo del Engarbo I y II- . Las pinturas rupestres Levantinas del río Zumeta, en el municipio de Santiago Pontones, se encuentran repartidas a lo largo de todo su cauce en numerosos abrigos rocosos formados en las vertientes encajadas del río. En estas se observan varias secuencias pictóricas entre las que destacan figuras rojas de cérvidos y cápridos de considerables proporciones, fauna zoomorfa con una temática que intenta representar lo más fielmente posible al modelo del natural y también figuras humanas que van del esquematismo más acusado, reduciendo la imagen hasta la estilización pura, hasta representaciones más figurativas. Por la localización de los abrigos, orientados hacia el Levante, se puede establecer una clara influencia del sol como elemento de carácter mágico o divino y decisivo para la localización de las representaciones pictóricas, asimismo se puede establecer una clara relación entre estas pinturas y los yacimientos arqueológicos de las inmediaciones cuyos habitantes serían los autores de las mismas, corroborando las conclusiones de estudios sobre el Neolítico en la zona que destacan la tardía entrada y desarrollo de esta etapa y por tanto el retraso de la adopción generalizada de prácticas agrícolas, pastoriles y en definitiva, la sedentarización de los grupos humanos.
Pinturas Rupestres «Fuente Segura» -Abrigo de la Cañada de La Cruz-. Este abrigo rocoso se encuentra en el municipio de Santiago-Pontones, cerca de la aldea de Pontones. Las representaciones pictóricas recogen temas mágicos y escenas de caza en las que se aprecian restos de figuras zoomorfas de tamaño acorde con las humanas, lo que parece demostrar la contemporaneidad de su autoría. Son todas monocromas, de fuerte color rojizo, conservándose bastante nítidas aunque deterioradas por actos vandálicos y expolios. Es significativa la cercanía de este santuario rupestre con la Cueva del Nacimiento, excavada, documentada y que arroja una cronología muy cercana a la de Las pinturas, lo que permite establecer una conexión. Esta es una muestra más que apoya la idea de un retraso significativo para la zona en el paso del Paleolítico Superior al Neolítico, pero a La vez corrobora la existencia de una cultura prehistórica rica en sus diferentes facetas.

YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE HOYA SOMERA

Edad del Bronce
Es uno de los yacimientos más importantes de la Edad del Bronce en la Sierra de Segura. Se encuentra en las proximidades del la aldea de La Muela, en el término municipal de Santiago-Pontones.
Su emplazamiento es inexpugnable en todos sus flancos a excepción del lado norte, donde se ubica la entrada natural del asentamiento y donde se observan las ruinas de una muralla de grandes proporciones que cerraba el recinto. El yacimiento puede datar de principios de la Edad del Bronce a juzgar por las características de los restos de cerámica encontrada en superficie (tosca manufactura, cocción rudimentaria, arcilla sin refinar) y por la morfología de los habitáculos cuya planta rectangular o cuadrada cerrando un área de unos 8-10 m2, es visible en superficie.
Se puede advertir la probable relación con otros yacimientos de similares características que se encuentran en la misma cuenca visual, pudiendo establecerse la correspondencia entre estos yacimientos y muchas de las pinturas rupestres de estilo Levantino encontradas en abrigos rocosos cercanos. El estado de conservación de los restos emergentes es aceptable, aunque se puede observar la acción de furtivos con excavaciones recientes en el interior de los habitáculos cuyo expolio supone en la actualidad el principal riesgo de deterioro del conjunto.

TESORO DE SANTIAGO

Íbero-Romana · Siglos IV-II a.C.
En los años 40, unos labradores encontraron el magnífico tesoro de orfebrería conservado en el Museo Don Juan de Valencia, en Madrid, que fue escondido por un platero hacia el siglo I a.C. Hay piezas de estilo tartésico-ibérico, púnico, y otras emparentadas con piezas etruscas, celtas, etc., y cronológicamente van del s. IV al II a.C.
En total lo forman más de cien objetos y fragmentos entre los que destaca un juego de pendientes de oro de carácter púnico y en forma de racimo de uva, de manufactura indígena ibérica, pero estilo púnico, que insertan una figura de mujer alada. Hay que destacar la importancia que los autores atribuyen a estas piezas por su técnica y arte ya que están consideradas entre las obras clave del arte ibérico.
Además cabe destacar algunos objetos más de gran valor:

  • Un vaso de plata que contenía las joyas
  • Probable tapadera, de plata, del vaso anterior, con dos inscripciones ibéricas.
  • Distintos fragmentos de plata.
  • Dos torques gemelos, igualmente de plata.
  • Pulsera de plata.
  • Brazalete de plata, de sección rectangular.
  • Brazalete de plata, de sección circular.
  • Tres pendientes de plata, de tipo morcilla de estilo púnico.
  • Sortija de plata
  • Fíbula de plata.

PUENTES ROMANOS DEL SEGURA Y DE DESPIERNACABALLOS

Época romana

El Puente romano del río Segura se sitúa a pocos kilómetros río abajo, desde la confluencia entre el Segura y el Madera, en la aldea de Huelga-Utrera quedando ubicado junto a la JF-7038 en dirección hacia el embalse de Anchuricas. La obra se componía de un solo ojo que salvaba el paso sobre el río Segura pero en la actualidad, lo que queda del puente son los estribos anclados sobre afloramientos rocosos que estrechan el río en este punto.
Falta el tablero, destruido por alguna avenida del Segura, aunque la obra es reconocible incluso en su prolongación hacia la calzada que lo cruzaría.
El puente está construido a base de grandes sillares cruzados y unidos por argamasa dotando a la estructura de una gran solidez. Su estado de conservación, una vez que ha perdido el tablero, parece estabilizado frente a los posibles efectos derivados de las avenidas del río Segura, pero sufre la colonización de la vegetación que enraíza entre los mismos sillares y su ámbito de influencia queda deteriorado por los derrumbes desde la carretera.
En cuanto a su papel en el esquema de comunicaciones de la época, la dificultad para la reconstrucción precisa de éste impide asegurar su función, sin embargo, este puente puede ser uno de los hitos en la comunicación entre Cástulo y Saetabis a juzgar por su posición en el itinerario teóricamente más idóneo para el trazado de la mencionada ruta.
El Puente romano de Despiernacaballos, de los siglos II-IV, presenta mampostería, con un solo vano y arco de medio punto.

VÍAS PECUARIAS DE LA SIERRA DE SEGURA · LA TRASHUMANCIA

Edad Media a la actualidad
Visigoda, Árabe, Cristiana
Las vías pecuarias son los caminos utilizados por el ganado desde la Edad Media para trasladarse y alimentarse durante sus desplazamientos trashumantes. Su anchura puede alcanzar hasta los 75 m y en toda España forman una extensa red de 124.000 Km. Aunque históricamente han sido degradadas de muchas formas, la legislación actual ha consolidado su carácter de propiedad pública, por lo que su ocupación y destrucción es ilegal.
Cada invierno, desde tiempo inmemorial, una parte importante de la cabaña ovina segureña emprende el largo camino de bajada desde Santiago-Pontones hacia los pastaderos de la Sierra Morena jiennense y manchega, donde pasan varios meses alimentándose de los pastos propiciados por la benignidad del clima invernal de las tierras bajas. Cuando la primavera esté cumplida y agotados los pastos de esas zonas, harán el camino de vuelta a sus agostaderos de origen en la Sierra de Segura, donde los pastos comienzan a estar crecidos y jugosos y donde se alimentarán durante la primavera y el verano. La mayor parte de los rebaños trashumantes son de este municipio, donde esta actividad es tan antigua que en Sierra Morena se conoce a todos los pastores segureños como «pontoneros».
Las vías pecuarias segureñas son un patrimonio de extraordinario valor, porque sin ellas no sería posible la trashumancia, por su valor histórico y cultural, y por ser un importante recurso turístico y educativo.
La red de vías pecuarias tiene en el interior del Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, una longitud de 741 Km. y una superficie de 2.242 Ha. La ruta más usada es la que cruza, hacia el norte, los Campos de Hernán Perea, sube la sierra de El Almorchón para bajar luego hasta el río Segura, y junto al pico Aroca gira hacia el oeste para lanzarse hacia el embalse de El Tranco, donde se interrumpe la antigua ruta, siguiendo en la actualidad por la aldea de Hornos el Viejo. Dejando al este Hornos de Segura, sube de nuevo por Cañada Morales y el Pico de La Peguera, baja de nuevo a Beas de Segura y desde allí acompaña al río Guadalimar, atravesando los términos de Chiclana de Segura y Castellar, ya en la vecina comarca de El Condado y penetrando en Sierra Morena a través del término de Santisteban del Puerto. En la actualidad está señalizada para senderismo.
El uso actual más destacado de las vías pecuarias en la Sierra de Segura, es su capacidad para el desarrollo de actividades enfocadas a un turismo ecológico, respetuoso con el entorno, en el medio rural y más concretamente, en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía. Por ello, en la Red de Senderos de la Sierra de Segura, se ha usado su trazado para guiar al caminante por estas tierras. Además de servir para esta función, las vías pecuarias actúan de hecho como corredores ecológicos que favorecen el desplazamiento de las especies silvestres, cada vez más aisladas en su medio natural en las últimas décadas.

CASA FUERTE DE MILLER

Siglos XIII-XVI
Aldea de Miller, Santiago-Pontones
Los primeros datos escritos que se conocen sobre Miller, nos remontan al siglo XI y demuestran su solera cuando un eminente poeta y geógrafo, AL-Zurih, lo nombra en sus escritos. Posteriormente, en el siglo XIV, en el libro de la Montería de Alfonso XI, también es nombrado Miller de esta manera: «Cabeca las Pozas que yace del cabo de Río Segura es un buen monte de osso en verano. Et son las bozerías desd´el Puerto de Marchena fasta Mjller: et la obra desde la Puente de Mjller fasta el Royo de Mjller». También encontramos referencias a Miller en las relaciones topográficas de Felipe II en 1575, cuando habla de Segura y Siles. Incluso Pascual Madoz, en 1845 en el Diccionario Geográfico Estadístico Histórico, incluye una entrada dedicada a esta aldea: «Miller considerable cortijada perteneciente a la villa de Santiago de la Espada está situada en uno de los parajes más ocultos de la Sierra de Segura, su terreno es sumamente montuoso, abundando extraordinariamente los pinos.»
En zonas más internas de la sierra se observa una escasa entidad de construcciones defensivas frente a los castillos de otros lugares de la comarca, debido a la adaptación a las particularidades del entorno, muy accidentado por lo quebrado del relieve y poco propicio para el trasiego de grandes contingentes militares y de mercancías. Con estos condicionantes, en toda la provincia de Jaén se habilitarían numerosos caseríos, ventas y cortijos que permitiesen la defensa de la población de la zona.
Un ejemplo lo tenemos en la Casa Fuerte de Miller, edificación fortificada en las inmediaciones de Miller, en un promontorio rocoso que domina el valle del río Segura.
Es una edificación reforzada para la defensa localizada en uno de los pasos estratégicos hacia el interior de la sierra, como es el constituido por el valle del río Segura. Domina un tramo del valle del río Segura hasta su confluencia con el Zumeta en las Juntas y también la solana de la Cuerda de la Lastra.
Del edifico original, de los siglos XIII a XVI, apenas se conserva el paramento exterior que cierra el caserío hacia la vertiente del río Segura, quedando el resto muy enmascarado por los edificios adosados a la construcción primitiva.

CASTILLO DE LA MATEA

Medieval
Santiago-Pontones
Declarado B.I.C.
Antigua torre defensiva situada en un promontorio en la parte alta de la aldea de La Matea, dominando el valle de Muso y El Berral. En la actualidad no se conserva prácticamente nada de ella, tan sólo algunos restos de las paredes.

CASTILLO DE LAS GORGOLLITAS

Medieval
Santiago-Pontones
Declarado B.I.C.
Emplazamiento defensivo totalmente destruido que dominaba el valle del Segura.

BALCONADA DE LA ANTIGUA POSADA

Siglo XVI
Santiago de La Espada

Balconada de madera en una antigua posada del siglo XVI existente en la Plaza del Ayuntamiento.

IGLESIA PARROQUIAL DE SANTIAGO APOSTOL

Siglos XVI-XVIII
Santiago de La Espada
Edificada en el siglo XVI sobre una antigua ermita y reformada en el siglo XVIII. El templo, realizado en piedra, y con torre de hermosas proporciones, es de una sola nave partida por cuatro arcos, cubierto por armadura de par e hilera de tradición mudéjar, sostenida por arcos diafragma de medio punto
Esta iglesia reproduce el esquema de las iglesias levantinas del gótico final, con retablos barrocos y un amplio coro de madera, con curioso artesonado y un estandarte de las ánimas de la extinta cofradía de los Hermanacos. Su retablo mayor de estilo barroco data del siglo XVIII.

IGLESIA PARROQUIAL DE NTRA. SRA. DEL ROSARIO

Siglos XVIII-XX
Pontones

Pequeña iglesia de una sola nave, situada junto al arroyo que divide Pontones. Tiene planta rectangular, cubierta a dos aguas, fachada sencilla terminada en un cuerpo plano de campanas y toda ella en consonancia con el tipo de arquitectura circundante, con portada de piedra.

Construido a finales del siglo pasado cuando la atención espiritual estaba a cargo de la parroquia de Segura de la Sierra.

MOLINO DE MILLER

Siglo XVIII
Miller
Este molino del s. XVIII se alimentaba de las abundantes aguas que nacen en las inmediaciones de la aldea sobre una abrupta topografía que facilita el aprovechamiento de su energía. La instalación, de pequeñas dimensiones, consta de una rueda y una fábrica de moler grano y el agua continúa pasando bajo su arco que se abre al exterior en la fachada del edificio.

PATRIMONIO NATURAL

CALARES

Los calares constituyen un paisaje muy extendido en esta comarca.
La naturaleza caliza de los materiales en las zonas más elevadas y su disposición tectónica, que coincide a estas altitudes con capas más o menos horizontales que forman parte de grandes pliegues, ha originado la formación de numerosas altiplanicies calcáreas en la Sierra de Segura y en sus vecinas del Parque Natural y de Albacete.
Estas altiplanicies actúan como una zona de infiltración, y son por lo general áridas, ya que apenas existe escorrentía superficial, desarrollándose numerosas simas, dolinas o torcas, uvalas y poljés, así como extensos lenares o lapiaces.
Otro de los valores más destacados de estos calares son las panorámicas que se observan desde ellos. Al situarse en zonas elevadas, las cuencas visuales son muy amplias, abarcando en la mayoría de los casos varias provincias y constituyendo verdaderos farallones desde los que contemplar los frondosos valles que se desarrollan entre ellos.
La mayor parte de los calares se concentran en el municipio de Santiago-Pontones. Los ríos que atraviesan sus macizos han erosionado las grandes moles calcáreas, originando valles que independizan grandes montes en cuyas zonas altas se localizan estos calares. Entre el valle del río Madera y el valle del río Segura aparecen el Calar del Cobo, el Calar del Pino y el Calar de Cabeza Mora.

  • Calar del Cobo · 1.600-1.796 m. Este calar se sitúa al este del Arroyo del Arroyo de la Cañada, que nace al norte de este, bajo el Cerro de Góntar (1.699 m). Un poco más al norte, se encuentra la Piedra de Góntar, una gran piedra vertical separada del resto por una diaclasa, que la mantiene aislada. Al pico más alto de este calar, el Puntal de La Misa (1.796 m) se puede acceder recorriendo la ruta PR-196 «Cañada del Saucar-Cumbre del Puntal de La Misa-El Carrascal» de la Red de Senderos de la Sierra de Segura. En su pico se localiza una caseta de vigilancia contra incendios y se observan unas magníficas panorámicas en todas las direcciones, entre otras, sobre el embalse de Las Anchuricas.
  • Calar del Pino · 1.500-1.751 m. Se sitúa al sur del Calar del Cobo, al que se une a través la Cuerda del Mosco y Monte Loma del Calar del Pino, donde se levanta el pico de Cerro de Poyo Alto (1.751 m), con magnificas vistas al valle de Los Anchos y al embalse del Anchuricas. El denominado como «Calar del Pino» es una ventana natural hacia La Toba y el Monte Despiernacaballos, con una altura máxima de 1.579 m sobre los Riscos del Engarbo.
  • Calar Cabeza de La Mora · 1.500-1.646 m. Se sitúa sobre la aldea Peguera del Madroño, su cumbre más alta Las Majaicas, con 1.646 m, ofrece una magnífica vista del valle del río Segura y Zumeta en su unión en Las Juntas, así como de la aldea de Miller. No hay pistas para acceder a su cima, pero su panorámica es excepcional desde el Collado de Góntar.

Entre el Valle del río Segura y el valle del río Zumeta se situa una gran mole calcárea, con pequeños calares separados por arroyos, cuerdas y picos, algunos con nombres y otros sin ellos, pero cuya toponímia hace referencia a sus características geomorfológicas. Abundan aquí las tinás, lo que indica su uso histórico como zonas de pasto para el ganado; hay muchas sendas y caminos que lo recorren. Con el nombre de Calar se localizan aquí los siguientes:

  • Calar de Hoya Herreros · 1.500-1.680 m.
    Se situa sobre la aldea de La Toba y su pico más elevado, el Puntal de Las Buitreras a 1.580 m, domina esta parte del valle del río Segura, con el embalse del Anchuricas al fondo.
    Calares de Marchena · 1620-1.714 m. Al este del Calar de Hoya Herreros y separado por el Arroyo de Marchena, se encuentra este calar.
  • Alto de Los Palancares · 1.600-1.732 m.
    Se alza sobre el Monte Despiernacaballos y destacan el Alto de Los Palancares (1.706 m) y Piedra Dionisia (1.691 m), balcón natural sobre los valles de los ríos Segura y Madera.
    Se accede desde la aldea de Poyotello.
  • Los Palancares · 1.500-1.755 m. Separado del anterior por el Barranco de La Fuente del Cerezo y muy cerca de Pontones. Presenta varios picos, destacando El Majal de La Bandera (1.755 m).

Toda la cuenca alta del río Zumeta, donde se encuentra el Río Frío, aparece la Sierra de Almorchón. Se localiza aquí el Calar de Gila y se sitúa encima de las aldeas de El Patronato, El Cerezo, Los Cañuelos, Los Teatinos, La Matea, La Quebrada, Huerta del Manco y Los Ruices, en la ladera oeste de Río Frio. Alcanza su punto más alto en El Almorchón, a 1.914 m, pero aparecen otras cumbres de similar altitud como el Morro del Cura con 1.763 m y la Piedra del Cuervo a 1.833 m. La vegetación de alta montaña aflora en todo su esplendor.
A ambos lados del nacimiento del Río Segura, aparecen dos grandes lomas con pequeños calares en sus partes altas, al este las Hoyas de Pan Dura y el Monte de Maria Arnal, donde se levanta el pico Mariarnal, de 1.827 m, y al oeste Los Corralejos y La Hoya del Poyo Serbal, donde se encuentra la Cueva del Serbal.
Un apartado especial merecen los Campos de Hernán Perea.
Aparece aqui uno de los más espectaculares paisajes kársticos de alta montaña que existen en la Andalucía y la Península, con multitud de calares diseminados por doquier como el Calar de Cañá Rincón, Calar de Las Palomas, el Calar de Camarillas, La Cuerda de La Nieve, el Pinar del Riscoy la zona denominada Los Torcales (1.600 m), donde se encuentra la Sima de Cerrico Llavero.
Mención especial merece también el Karst de Pinar Negro, catalogado como uno de los elementos más significativos de la geodiversidad andaluza .

CAMPOS DE HERNÁN PEREA

Altitud · 1600-1700 m

Son conocidos por algunos serranos como los Campos de la Gran Pelea, en alusión a una posible batalla librada en estos territorios; pero esta historia parece ser fruto de las leyendas que narran los enfrentamientos entre moros y cristianos por estos lugares. Lo más probable es que el nombre de este lugar se deba al nombramiento que el arzobispo de Toledo hiciera en la persona del canónigo Hernán Perea de Contreras como gobernador de estas tierras.
Lo forma un vasto territorio altiplano con escasos bosques, situado en el límite oriental del Parque, entre los 1.600 y 1.700 m de altitud y de unos 20 km de longitud, con algunas cumbres que emergen en su interior. Estas altipliacies calcáreas están flanqueadas por la Sierra de la Cabrilla (2.107 m.) y la Cordillera de las Banderillas (1.993 m) y fueron frontera antaño entre el Adelantamiento de Cazorla y la Orden de Santiago.
Comienzan Los Campos en el lugar conocido como Rambla Seca, formada por el arroyo del Infierno que tributará sus aguas al embalse de Aguas Negras, terminando en otra afamada rambla, la de Los Cuartos. Conforma pues, una gran altiplanicie entre los valles del Guadalquivir, Segura y Río Frío. A lo largo de su entorno aparecen profundas simas kársticas, como las de Pinar Negro y la del Hundimiento y puertos agrestes como Puerto Lézar, que nos pone en contacto con la vecina Sierra de Castril en la provincia de Granada.
En la actualidad este lugar es el preferido por los pastores que acuden en primavera y verano con sus rebaños, atraídos por sus excelentes pastos.

CORDILLERA DE LAS BANDERILLAS

La Cordillera de las Banderillas alcanza los 2000 m de altitud y desde sus cimas se aprecian panorámicas de excepcional belleza del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas.
Forma parte del paredón calizo que separa los Campos de Hernán Perea del Valle por donde discurre el río Guadalquivir y en sus zonas altas, se localiza el Karst de Pinar Negro, con abundantes formas kársticas muy características de estas zonas.

El acceso a la cima del Banderillas es penoso y exigente, pero las amplias panorámicas y la posibilidad de encontrar fauna silvestre en un entorno desolado y desértico compensan sobradamente el esfuerzo
Se accede a través de la carretera que conduce a la aldea del Patronato; en Don Domingo se toma, a la derecha, la pista que atraviesa los Campos de Hernán Perea y lleva a la Cordillera de Las Banderillas.
Si se desea se puede realizar también la ascensión a pie siguiendo el sendero «Cumbre del Banderillas» de la Red de Senderos de la Sierra de Segura.

EMBALSE DE LAS ANCHURICAS

Pequeño y alargado embalse del Río Segura en un entorno inigualable, que puede albergar cientos de tonalidades verdes y azules, a rebosar de agua siempre, rodeado de elevadas cimas y calares, en cuyas laderas se desarrollan extensos bosques de pinares que llegan hasta el borde del agua, con un sotobosque denso de plantas aromáticas.
El paisaje de valle del río Segura en esta zona es impresionante, con un relieve abrupto originado por el encajonamiento del río y cortado por los arroyos que bajan de las cumbres, cuya morfología es espectacular.
En sus riberas se encuentran las aldeas de la Toba y Las Casicas del Río Segura.

EMBALSE DEL TRANCO DE BEAS

La construcción de este embalse duró más de 20 años, desde 1929 a 1944 y el inicio de su explotación fué 1946, con una capacidad de casi 500 Hm3.
Entre las características ambientales de su cuenca, que ocupa unas 550 hectáreas, destaca el paisaje kárstico de su entorno, un alto porcentaje de comunidades vegetales climácicas de coníferas y frondosas, especies de fauna catalogadas de interés y abundantes manantiales.

En la actualidad el embalse del Tranco se extiende por los municipios segureños de Hornos de Segura y Santiago-Pontones y se encuentra en el corazón del Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas; todo su territorio se encuentra además protegido por las figuras de Reserva de la Biosfera, LIC, ZEPA y PEPMF y en su perímetro aparecen Bienes de Interés Cultural como el Castillo de Bujaraiza.
Sobre el Tranco existen varios miradores localizados en su mayor parte en las proximidades del embalse; Las Ánimas, Cabeza de la Viña, Felix Rodriguez de la Fuente o El Castillo, entre otros, con objeto de proporcionar al visitante lugares con excelentes vistas paisajísticas y en ocasiones, permitir la observación del movimiento de la fauna salvaje en sus desplazamientos hacia los aguaderos o descansaderos.

KARST DE PINAR NEGRO

En esta altiplanicie carbonatada que comprende desde los Campos de Hernán Perea hasta los del Pinar Negro, se desarrolla un espectacular paisaje, caracterizado por la presencia de un exokarst de excepcional belleza con un inmenso campo de dolinas y uvalas, salpicado de simas, de diferentes tamaños. Este karst está controlado litológica y estructuralmente y condicionado por un clima de alta montaña, con periodos nivales que acentúan la disolución en las cavidades kársticas.
En esta zona, destacan una serie de simas, dentro de dolinas y uvalas, entre las que sobresalen la del Campo del Espino, la del Hundimiento, la del Cortijo y principalmente, la sima del Pinar Negro. La morfología de estas cavidades, con frecuentes chimeneas de equilibrio, husos y algunas galerías subhorizontales, con un claro control estructural, refleja la importancia de la disolución en la evolución geomorfológica de las mismas, existiendo pocos ejemplos de simas tectónicas como éstos.
La sima más importante en cuanto a su desarrollo es la Sima de Pinar Negro, que constituye el sumidero de una gran dolina de 105 x 130 m. En el área que rodea la boca discurre un pequeño cauce por donde circula temporalmente un curso de agua que penetra en la cavidad a modo de ponor. Presenta una boca de grandes dimensiones (8 x 2 m) que comunica con un gran pozo inicial de 10 x 16 m que desciende hasta 104 m, donde se inicia un segundo pozo de 40 m; llegándose al fondo de la vía principal de la sima. Quince metros por encima del segundo pozo se encuentra la vía lateral de dimensiones más reducidas, pero que alcanza mayor profundidad, llegando hasta más de 100 m. Es una de las cavidades más significativas de Andalucía desde el punto de vista espeleológico-deportivo.

PINO GALAPÁN

Este pino laricio (Pinus nigra) se encuentra a pocos kilómetros de la aldea de Don Domingo, en el barranco de la Juan Fría, y a unos 16 km de Santiago de La Espada, desde donde se accede por la carretera que conduce a la aldea del Patronato; en Don Domingo tomaremos el camino de Juan Fría, en cuya margen derecha se ubica el enclave.
Conocido como «galapán» que aquí significa «persona muy alta y delgada», es un pino autóctono de unos 40 metros de altura y gran diámetro pues hacen falta cinco personas adultas con los brazos extendidos para rodearlo.
Su madera es de una calidad excelente. Con otros ejemplares de esta misma especie se construyó la fábrica de tabaco de Sevilla, la catedral de Jaén, y la Armada Invencible del siglo XVIII.
El pino laricio es una conífera que puede alcanzar los 50 metros de altura, pero que raramente supera los 30. Este pino se distingue de otras especies por presentar un tronco recto de color gris claro con corteza poco marcada y con piñas de pequeñas dimensiones.

Esta especie está considerada de gran valor ecológico y paisajístico, porque representa uno de los tipos de vegetación más característicos de la montaña mediterránea.

RÍO BOROSA

Ya desde su nacimiento, en el entorno de la la Laguna de Valdezores y la presa de Aguas Negras, el río Borosa presenta un bello paisaje que contiene todos los elementos típicos del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, con una vegetación muy bien conservada y una fauna rica en especies cinegéticas y rapaces; pero destaca el entorno geológico, con varios puntos de visita obligada a lo largo de su corto recorrido, desde su nacimiento hasta su unión al Guadalquivir.
En el entorno de su nacimiento se encuentra el embalse de Aguas Negras y un poco más abajo el agua se precipita hacia el Salto de los Órganos, donde aparecen los Travertinos del Río Borosa.
La parte superior del cauce del río Borosa, presenta un perfil escalonado por el desarrollo de pozas y cascadas en las que se forman terrazas de travertinos con espectaculares morfologías de calcita botroidal que fueron precipitadas durante los periodos más húmedos y cálidos del Cuaternario.
La mayor concentración se localiza en el sector situado entre el Salto del los Órganos y la Central Eléctrica. Su formación es debida a la precipitación de calcita en zonas de vegetación densa.
Hacia la parte media destaca La Cerrada de Elías, incisión fluvial del río Borosa en las calizas cretácicas de facies urgonianas que produce el fuerte encajamiento del cauce en este paraje, generando un estrecho valle kárstico con paredes verticales de más de 10 m de altura y unos 400 m de longitud.
Esta espectacular garganta conocida como la Cerrada de Elías puede recorrerse sobre una pasarela colgante a varios metros sobre el río, que se encuentra suspendida sobre las paredes verticales de la Cerrada.
En sus tramos bajos destacan los Pliegues del Río Borosa. El cauce del río Borosa, entre la Piscifactoría y la Cerrada de Elías, permite observar un conjunto variado de pliegues. Se observan pliegues asociados a los de carácter regional cuyo tamaño oscila entre 1 m y varias decenas de metros. Estos se desarrollan en materiales cretácicos de facies urgonianas y su orientación determina el curso de arroyos vecinos, siendo especialmente significativo el relieve concordante del valle del Arroyo de las Truchas controlado por un espectacular sinclinal. Como ejemplo de anticlinal, el mejor pliegue se encuentra en el Puente de Los Caracolillos.

RÍO MADERA

El río Madera nace a los pies del Monte Nava del Espino y de los calares de Peña Rubia y Los Caracoles en el vecino municipio de Orcera. El final de su corto recorrido lo hace en este municipio; entra en la zona de Garrote Gordo y llega hasta Huelga Utrera, para añadir sus aguas a las del río Segura.
El entorno del valle es privilegiado, con desarrollo de un denso bosque de media y alta montaña formado principalmente por pinos negrales y laricios, encinas, quejigos, cornicabras, arces y ocasionalmente, sobre pequeños afloramientos ácidos, aparece el roble melojo. El río presenta una vegetación de ribera muy bien conservada, con abundancia de sauces, fresnos, álamos y algunos avellanos.
Es este un río de aguas claras donde es fácil observar la trucha común.

RÍO ZUMETA

Un recorrido por el cañón del Zumeta es un deleite para los sentidos. Los olores, colores y sonidos se perciben en cada rincón, configurando un paisaje de ensueño. La mejor manera de apreciar toda esta belleza es tomar la carretera de Santiago de la Espada en dirección a la aldea Miller.

Recorrer el cañón del Zumeta con sus abruptos cortados es impresionante. Parada obligada es el llamado Salto de la Novia con panorámicas de gran belleza. Y un poco más adelante, el embalse de la Vieja, pequeño, pero coronado por una enorme roca que le dá un singular impronta.
Este pequeño embalse se encuentra enclavado en el cañón del río Zumeta y aprovecha el agua para la central eléctrica de la Juntas de Miller. Es muy interesante el sistema de trasvase de agua por túneles y galerías excavadas en la roca y el paisaje que lo rodea, muy abrupto, con grandes paquetes de materiales calcáreos.
Se accede por la carretera que une Las Juntas con Santiago de la Espada, en un entorno donde se conservan algunos de los mejores encinares del Parque Natural.

RÍO SEGURA

El río Segura nace en Fuente Segura, muy cerca de Pontones y se sitúa en la cabecera de un amplio valle, enclavado en un paisaje de alta montaña con una altitud aproximada de 1.450 m, donde predominan los calares.
Su nacimiento es una surgencia kárstica localizada en la entrada de una cavidad circular de varios metros de diámetro, asociada al acuífero de dolomías y calizas del Cretácico superior y localizada en las proximidades del contacto por falla inversa entre los carbonatos del Cretácico superior y las margas impermeables del Mioceno medio. Es una cavidad que en origen podría corresponder con una pequeña dolina, desarrollada sobre capas subhorizontales.
El nacimiento del Río Segura es un sifón penetrable, con una longitud explorada de 354 metros y un desnivel de 17 metros. La exploración de esta cavidad, fue llevada a cabo por espeleobuceadores del Grupo Standard de Madrid, durante los años 1979 y 1980, realizando una importante labor de desobstrucción dentro del sifón. (G.E. STANDARD, 1980) La surgencia se localiza en el fondo de un valle ciego en las estribaciones de la Sierra de Segura próximo a la población de Pontones. Se trata de una galería inundada en la que se localizan tres burbujas de aire a unos 100, 160 y 255 m de la boca. En ocasiones ha llegado a secarse, el periodo más grave y prolongado aconteció de abril de 1994 a diciembre de 1995.
Desde las zonas altas el río se abre paso entre calares, y por debajo de la aldea de Poyotello, se encuentra la Cueva del Agua, una gran cavidad de más de 40 m de fondo por otros tantos de ancha en su abertura y unos 10 m de alta, con un manantial en la pared lateral. Desde aquí el río sigue descendiendo hasta la aldea de Huelga Utrera, donde se le une el Río Madera y desde allí fluye encajado entre el Calar del Pino y el Monte de Despiernacaballos, formando un estrecho y hermoso valle cuyas laderas se encuentran ocupadas por densos bosques de pinos y con una vegetación de ribera muy bien conservada, con sargas, mimbreras, fresnos, álamos, y avellanos.
El descenso del río Segura hasta este punto, desde Pontones hasta Huelga Utrera, se puede visitar en la ruta «Huelga Utrera-Cueva del Agua-Pontones» en la Red de Senderos de la Sierra de Segura.
Pronto, a la altura de las aldeas de La Toba y Las Casicas del Río Segura, sus aguas son embalsadas en Las Anchuricas, que discurre largo y estrecho serpenteando a lo largo de un hermoso y verde valle salpicado de cortijadas, hasta el Arroyo de la Quebrá, donde el río transita hasta Las Juntas, donde se une al río Zumeta y abandona las tierras jiennenses.
Pasado el embalse del Anchuricas, destaca en el valle del Segura el Monte Umbría de Los Anguijones, típico paisaje kárstico donde se abre la Cueva de Los Anguijones, dos grandes bóvedas en un gran farallón rocoso frente a la aldea de Parralejo, en un entorno inigualable, sobre un denso pinar y donde es frecuente observar el vuelo de las rapaces.
Se accede desde la aldea de Miller a través de senderos que pasan por debajo, pero no hay camino para acceder a las Cuevas.

TRAVERTINOS DE LA TOBA

Se trata de un travertino de dimensiones hectométricas, situado en la vertiente meridional del valle del río Segura, en un sector muy encajado entre el Puntal de las Buitreras (1680 m) y el Calar del Pino (1567 m). El travertino, adosado a la escarpada ladera calcárea, presenta una morfología plana superior, sobre la que se asienta la pintoresca aldea de La Toba. En las paredes verticales del travertino existen varias surgencias kársticas con saltos de agua espectaculares y morfologías de carbonatos de gran belleza.
Estratigráficamente, las surgencias se encuentran a la base de las dolomías del Cretácico superior, que constituyen el acuífero, sobre los niveles impermeables que pertenecen al Cretácico inferior.

VEGETACIÓN

La extensión del Termino de Santiago-Pontones y el rango de altitud que en este aparece, desde los 700 a los 2000 m y lo abrupto del relieve originan una variedad de microclimas que dan lugar a la aparición de una masa vegetal muy diversa y abundante, con un alto porcentaje de las especies endémicas del Parque, algunas de ellas muy conocidas, como la Viola cazorlensis o la carnívola Pingüicola vallisnerifolia.
Se desarrollan densas masas boscosas de pino carrasco y negral en las partes bajas y medias, en claro contraste con los parajes más altos donde la flora adaptada a las altas cumbres es la auténtica protagonista, con pinceladas de enebros enanos y sabinas rastreras, casi siempre al pie de un hermoso pino laricio.
Podemos comprobar como el pino, en sus tres variedades antes mencionadas, es el dueño y señor de la masa forestal, aunque convive plácidamente junto a encinares y otros árboles y arbusto como tejos, arces, acebos, robles, durillos, madroños, cornicabras, bojes y el endémico bonetero, incluso el abedul, rarísimo en estas latitudes, se puede encontrar entre esta flora.
Aparecen también en este municipio una vegetación de ribera muy bien conservadas, destacando las de los ríos Madera y Segura, así como en numerosos arroyos, donde se prodigan árboles como el chopo, el sauce, el fresno, el olmo o el avellano.

Destaca también la gran diversidad y cantidad de plantas aromáticas y medicinales que salpican estas sierras como el romero, tomillo, orégano, té de roca, espliego, mejorana, madreselva, etc.