La Iruela

Pequeña y bonita población situada a los pies de una peña, en las proximidades de Cazorla, desde la que se divisa una impresionante panorámica de la campiña y de las tierras circundantes. El caserí­o se extiende a lo largo de la ladera de la sierra, bajo la peña coronada por los restos del Castillo y del Monasterio de los Templarios. Cuenta también con otro monumento de interés: la Iglesia de Santo Domingo.

Su término está incluido en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el mayor espacio protegido de España.

Está situada a 922 ms. sobre el nivel del mar, tiene una extensión de 123,5 km2.

Se cree que fue fundada unos quinientos años antes de Cristo por los Túrdulos andaluces. Y tomó su nombre de los árabes que la denominaron “Lairola”.

PATRIMONIO CULTURAL

La aparición de monedas, fíbulas y cerámicas nos hablan del paso de los romanos por estas tierras del Alto Guadalquivir.
El largo período de dominación musulmana debió ser de una gran prosperidad: la altiva silueta del castillo y el barrio antiguo de la población son testimonio de ello. Tras su donación por Fernando III el Santo, a la Iglesia de Santa Maria de Toledo, en la persona de D. Rodrigo Ximénez Rada, y la caída de Quesada, a la sazón en poder de los moros, La Iruela formó parte del Adelantamiento de Cazorla y el 23 de noviembre de 1256, el infante D. Sancho de Castilla, arzobispo de Toledo, queriendo reforzar el alfoz de Cazorla firmó una célula dándole por aldeas “El Yruela, Nubla y Alcoray”.
Las luchas civiles de Castilla durante la Baja Edad Media tuvieron su repercusión en esta villa. En 1362, fue nombrado arzobispo de Toledo D. Gómez Manrique, en un principio partidario de D. Pedro I de Castilla para posteriormente apoyar a D. Enrique de Trastámara.
Las Villas y lugares del Adelantamiento quedaron divididas, y, en tanto que Cazorla no se apartó de la obediencia al rey legítimo, La Iruela, secundando la política del arzobispo, alzó bandera por D. Enrique. Muerto el rey Pedro, quiso el prelado toledano, con un solo acto, castigar a unos y premiar a otros, así La Iruela se independizo de Cazorla en el 1370, cuando el cardenal D. Gómez Manrique en reconocimiento a su partidismo a favor de D. Enrique de Trastámara, le otorgó escudo y fuero.
Transcurría el año 1377 cuando el Papa Gregorio XI, nombró obispo de Coimbra y nuevo Arzobispo de la Mitra Toledana y Señor del Adelantamiento de Cazorla a Don Pedro Tenorio. El día 9 de septiembre de 1378, tras escuchar directamente al Concejo, y los hombres buenos de La Iruela, se firmó en Cazorla un solemne documento corroborando la creación de La Iruela como villa independiente de la jurisdicción de Cazorla .
La Iruela fue siempre fidelísima de los prelados toledanos, señores del Adelantamiento; y sus hombres lucharon valerosamente en las guerras de Granada junto a los adelantados Hurtado de Mendoza y García de Villarroel. También en la conquista de Orán, acompañando al cardenal Cisneros.
En el levantamiento de las Comunidades de Castilla, La Iruela estuvo por causa del rey, quien le recompensó concediéndole el timbre de “Noble y leal villa, ayuda a favor de los adelantados de Cazorla”.
Durante la Guerra de Independencia, La Iruela defendió valerosamente a su Patria.
Desde marzo del 1810 a septiembre de 1812, fueron más de dos años de lucha heroica, de guerrillas, contra el invasor francés.
La venganza fue tremenda y la villa padecía cinco voraces incendios y saqueos, que redujeron a cenizas sus tres iglesias, el Hospital de San Antón, el oratorio privativo del concejo, las casas consistoriales, los edificios del Pósito y de las carnicerías y tres de sus seis ermitas.

La Iruela es Conjunto Histórico Artístico, en las que destacan las RUINAS DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE SANTO DOMINGO DE SILOS.

Fue esta iglesia sede de la primitiva Parroquia Mayor de La Iruela. Su construcción se remonta a los tiempos de la
reconquista, bajo la advocación de Santo Domingo de Silos, redentor de cautivos. El pueblo se puso bajo su protección, venerándole como Patrón, pues al ser La Iruela un lugar fronterizo estaba expuesta a las constantes razzias de los musulmanes, que causaban grandes destrozos en los campos y llevaban prisioneros a hombres, mujeres y niños; y era fama, en aquellos tiempos de áureas leyendas, que los que invocaban el nombre del Santo taumaturgo, milagrosamente, se veían libres de las cadenas de su cautividad.

En el siglo XVI, el viejo templo medieval fue reemplazado por uno nuevo, conforme a los cánones renacentistas, al que pertenecen las bellas ruinas que hoy contemplamos. En él trabajaron discípulos de Vandelvira. En 1538, dirigía las obras Rodrigo de Gibaja, maestro que fue de la iglesia de Santa María de Quesada y de la Colegial de Baza.
El 4 de junio de 1810, el templo fue incendiado por el invasor francés, quedando prácticamente destruido y, aunque después hubo varios intentos de reconstrucción, no llegaron a concluirse. Su recinto se utilizó como cementerio parroquial, hasta el año de 1953.
Recientemente en sus aledaños se ha construido un anfiteatro a la manera clásica de los griegos, donde se celebran múltiples actos culturales.
Castillo de LA IRUELA
El Castillo de La Iruela figura entre las dieciséis fortalezas tomadas a los moros, en estas tierras del Alto Guadalquivir, por D. Rodrigo Ximénez de Rada, arzobispo de Toledo, durante la campaña de 1231.
La construcción de este castillo, es de origen musulmán, y en ella pueden considerarse tres etapas:

  • La primera preberéber, que comprende la sólida cimentación y altos zócalos de mampostería, sobre los que más tarde se asentaría la fábrica beréber de calicanto y finalmente, la torre del homenaje, ya de construcción cristiana.
    Inexpugnable por su atrevida situación geográfica y condicionado por ella, el castillo está ordenado en tres planos diferentes, que comprenden dos recintos amurallados y la torre del homenaje en el lugar más elevado. El ingreso al primer patio se realiza a través de una torre-puerta de construcción medieval, que sirvió de campanario a la contigua Parroquia Mayor de Santo Domingo de Silos.
  • El segundo recinto forma ya parte del castillo propiamente dicho y está compuesto por varios torreones defensivos, unidos entre sí por largos lienzos de muralla, en cuyo interior se circunscribe un amplio patio de armas y, entre otras ruinas, pueden contemplarse los vestigios de un hermoso aljibe.

Los arzobispos de Toledo, señores del antiguo Adelantamiento de Cazorla, realizaron en esta fortaleza diversas obras de reparación y consolidación, e incluso, durante la Guerra de la Independencia, se pensó en la restauración de sus muros para utilizarlo como lugar de refugio.
Ayuntamiento
Ayuntamiento de estilo mudéjar toledano. Antiguo edificio del Pósito de La Iruela, su construcción es de finales del siglo XV.
En 1810 fue saqueado e incendiado por los franceses, junto con otras edificaciones notables de la villa.
Restaurado a mediados del siglo XIX, fue habilitado como Ayuntamiento, en sustitución del antiguo, destruido también en la Guerra de la Independencia. Una remodelación llevada a cabo por los años de 1980, le dio el aspecto actual.

Sobre la puerta principal hay una réplica del escudo de armas de la villa (siglo XIV), cuyo original, procedente de las antiguas casas consistoriales, se custodia en la sala capitular.
Sus elementos, sobre campo de plata, son una cruz bermeja que lo divide en cuatro cuarteles, en los que alternan calderos y leones de las armas de los arzobispos toledanos Manrique y Tenorio, señores del Adelantamiento de Cazorla y en torno, una bordura con la leyenda “Tus armas serán las nuestras”.

En la fachada que mira a la plaza campea un escudo del Cardenal Cisneros, perteneciente a la fuente monumental que el purpurado donó a la villa como signo de gratitud por las levas de hombres que este Concejo envió a la conquista de Orán.
En el interior, en el segundo descanso de la escalera, hay otro escudo tallado en piedra (1606), perteneciente a D. Bernardo de Sandoval y Rojas, Cardenal Arzobispo de Toledo.